Quiénes somos

En DogLads, más que perros, somos muchos más que una Fundación: somos un puente de amor y amistad entre las personas y los perros. Creemos profundamente que estos amigos peludos tienen un poder único para acompañar, escuchar sin juzgar y llenarnos de calma y alegría.

Nuestra misión nace del cariño y de una certeza clara, sin importar la edad ni la circunstancia, el vínculo con un perro puede transformar vidas. Y eso los hemos ido viendo a lo largo del camino.

Trabajamos en residencias de mayores, centros de día, hospitales, centros de salud, colegios, espacios de diversidad funcional y muchos otros lugares donde el apoyo emocional y la compañía pueden marcar la diferencia. Cada encuentro es una oportunidad para compartir una sonrisa, una caricia o una mirada cómplice.

Sabemos que el vínculo con un perro va más allá de momentos puntuales; es una experiencia intensa que puede transformar el corazón y el bienestar de quienes lo viven. Nos mueve la emoción de ver como una conexión puede aliviar el estrés, mejorar la autoestima, fomentar la motivación… y abrir puertas a nuevas experiencias. Sabemos que no es solo una terapia, es una amistad. Es ese lazo silencioso y sincero que nos recuerda lo importante que es sentirnos acompañados y queridos.

En DogLads, cada sesión, cada paseo, cada momento de convivencia es una experiencia única. Creamos espacios donde las personas pueden descubrir que un perro es mucho más que un animal: es un confidente, un compañero o un impulso hacia una vida más plena.

Porque al final, lo que realmente importa es el cariño que compartimos y cómo, juntos, podemos hacer que la vida sea un poco más dulce, alegre y llevadera.

Nuestros perros

Nuestros perros

Cada uno de nuestros perros es mucho más que un compañero de trabajo: es un amigo y un miembro de la familia. Desde los primeros días, son seleccionados cuidadosamente en los mejores criaderos, no solo por su salud física, libre de enfermedades congénitas o genéticas, sino también por su nobleza, equilibrio y docilidad.

Desde cachorros se les acompaña en su socialización temprana, con estímulos positivos y entornos seguros que les ayudan a crecer confiados, felices y preparados para adaptarse a todo tipo de personas y situaciones. Su entrenamiento está diseñado para que disfruten de las sesiones tanto como quienes comparten tiempo con ellos.

Viven en entornos familiares, rodeados de afecto, juegos y rutinas propias de una casa.

Nuestras compañeras: Lía y Mokka

Actualmente trabajamos con dos perros Labrador Retriever: Lía y Mokka. Cada una, a su manera, aporta ternura, equilibrio y alegría a todas nuestras intervenciones.

Lía, de 9 años, es nuestra veterana. De pelaje negro brillante y mirada inteligente, es tranquila, dulce y tiene un don especial con los niños, son su gran debilidad. Le encanta jugar a la pelota con ellos, correr y compartir risas, pero también disfrutar de las siestas largas en el sofá, acurrucada en brazos como si todavía fuera una cachorra. Le apasiona el campo, los baños en la playa o en la piscina, y tomar el sol en casa, siempre buscando ese rayito cálido donde tumbarse. Aunque antes hacia Agility y le encantaba, ahora disfruta de una vida más pausada, llena de cariño, paseos y compañía.

Nuestros perros

Pero más allá de su ternura, Lía tiene una capacidad única para percibir cuándo alguien lo está pasando mal. Tiene esa sensibilidad que la lleva a acercarse con suavidad justo en el momento perfecto. Su manera de estar, de acompañar sin exigir nada, ha sido una inspiración. Ella fue quien nos motivó a dar el paso y crear este proyecto, convencidos de que su forma de cuidar podía llegar a muchas más personas.

Nuestros perros

Mokka, con apenas meses, es la alegría en estado puro. Esta cachorra de color chocolate está apenas descubriendo el mundo con entusiasmo y amor. Salta, corre, juega sin parar y saluda a todo aquel que se cruza con ella como si lo conociera de toda la vida. Tiene una ternura especial: le encanta dormir a los pies, usando los zapatos como almohada, y ya muestra un amor enorme por el agua, la playa y los paseos.

Está aprendiendo poco a poco, acompañada muy cerca de Lía, siendo ella su mejor ejemplo a seguir y profesora. La observa, la sigue y empieza a entender que ayudar también puede ser un juego, una caricia o una mirada atenta.

Lía y Mokka no solo trabajan con nosotros: viven con nosotros, forman parte de nuestra familia y están presentes en cada paso, ofreciendo compañía, conexión y momentos de vinculo verdadero.